Pequeña, pequeña mía, tus manos tan chiquitas y esa cinturita me fascinan,
una sonrisa perfecta, y la más dulce compañía,
con tu presencia quiero pasar mis días.
Posees un gigantesco corazón, con muy buen sentido del humor
y lo mejor es que nunca te das por vencida, aguda, tenaz
y audaz, una mujer sin igual.
Pequeña mía, si mi virtud fuera escribir poesía, a ti toda te la regalaría
y si mi destreza fuera escribir cartas de amor, seguro que
fueras tu el objeto de mi inspiración.
Tus abrazos se sienten a despedida, mas siempre vuelves al siguiente día,
tu contagiosa risa muchas veces me domina, y seguro estoy que
junto a ti quiero pasar los días.