Nadando afuera
Me tiré en la laguna de tus amores
y convertiste en ríos de pasión los
instantes más bellos. Se iluminaron
de nosotros dos, la superficie con
nuestros destellos y dejamos que
llegara la noche piadosa que traía
anhelos. Me sumergí en lo profundo
de tus palabras tiernas, me dejé caer
al suelo. ¡Tocaste mis fibras íntimas!
Que hoy con toda esta vergüenza, no
quiere que la viera. Hoy llora la pena
cubierta y he sentido a la inspiración,
flácida porque ya no era tan cierta...
Se dio cuenta, que tú no eras la eterna
primavera y nadé en una corriente tan
divina, pero muy triste...nadando afuera.