Darte un beso no es menos
que tocar tu carne;
darte el beso es
tocar tu alma.
Que me beses,
que me ames
en los amaneceres
y tardes coloridas,
me lleva a un mundo de paz
encarnada en el mágico
momento donde estamos juntos.
Con un beso en la noche
inserto mis pobres labios
sobre la ricura de los tuyos,
y la semilla de mi mano
queda sobre lo fértil
de tu cuerpo.