Si en la nocturnidad de las once, oyeras…
palabras que inquieten tus pensamientos… no llores.
...
Es el camino largo y amplio que se adentra al horizonte
que se ha de llevar mis pasos a un destino infinito, y no desespero.
Y se apilan en mi mente los nombres de una y mil gentes,
sal y aliento, café y trasnochadas, son ya en otrora un aroma prevalente.
Palabras se retienen en mis ganas por decirlas
más el tiempo ya ha expirado en mi y he salido a buscarla...
al interior de la eternidad.
…
Ya no tengo nada que me vincule a la limitada esfera de aquella hora terrenal,
ni tengo la inquietud para proponerle al tiempo
que deseo pensar en este momento y dejar pasar ya la mortalidad…, así, de corrido,
...como quien observa partir, un largo beso en despedida.
El espacio de la vida ha trascendido en mi y he llegado al éxtasis
de las primeras noches sin las restricciones de la humana imperfección,
Y pese a no experimentar ya la dolente afirmación de una mortal presencia,
tengo un sentimiento que perturba mi tranquilidad de un etéreo pensamiento :
Mis padres.
Estos pasos que doy, desde que me desprendí de la física existencia
significan el inicio de una larga e interminable ausencia a la luz
de mi habitación pensante, que seguro aún me ha de aguardar,
pacientemente, ….pues no llegué a despedirme de él.
Mas,... va avanzado el camino. Y se desprenden alientos de amor a cada paso.
El sendero que ora sube y ora baja entre detalles inexplicables
no deja de recordarme a Dios en su inmensa magnitud.
He de sentarme al borde de este camino celestial en algún momento,
y aguardaré pacientemente la llegada de vos.
...
El camino largo y amplio que se adentra al horizonte
ha de llevar mis pasos a un destino infinito, y ya no desespero.
Alejandro Montes