Sumergida en calor y humedad
Es lento el transcurrir de la noche
Las estrellas irrumpen en su negrura
la luna es cómplice de mi desvelo
su indiscreta luz ilumina el sendero,
allí las piedras que lo bordean
la palma, cuyo penacho mueve el viento,
el perro curioso que merodea
todo está, eres tú quien falta
es tu silueta la que quiero ver,
sólo hay ausencia que arde en mi,
como una filosa daga me traspasa
aspiro el aire con olor a agua
busco tu reflejo en el río,
en honda pena clamo por ti
le suplico a la Amazonia vuelvas a mi
la naturaleza sabia se conmueve y accede
el báquiro salvaje, ofrece su vida
la serpiente renuncia a su veneno
la ominosa tarántula se vuelve sumisa
el tucán regala su colorido
la luciérnaga alumbra hasta morir
la chicharra veranera enloquece en algarabía.
Todos se inmolan en favor nuestro
Sus espíritus son tu guía y la mía,
a través de la espesura verde
Cuidan mis pasos y los tuyos
de la intrincada trama de raíces
Aunque vamos por caminos distintos
en una montaña tú, y yo en otra
el destino nuestro es hacernos uno
el sapito minero salta delante de mi
me colma de su alegría por tu cercanía
Me desvivo por ti, urgida de tus besos
de tu hombría selvática, anhelante de tus brazos
se que me esperas en el lago de aguas profundas
la serenidad de sus aguas sofoca el fuego
que se enciende entre tu mirada y la mía
allí se hunden los pesados secretos
el pasado sucumbe y pierde poder
es un nacimiento, un bautizo
es alcanzar la tierra prometida
es mi delirio en Amazonas…