una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.
MARIO BENEDETTI
He muerto tantas veces
abrazado a tu cuerpo...
es el sudor que rinde la carne
es el galopar de los pechos que se detienen
es el rechinar de los huesos en la hoguera de las sábanas
es la disonancia de los gemidos que rebotan en los oídos
es el mitigar del ajetreo sólido de la vida
/la resaca pasional que empuja mar adentro
tu cuerpo y el mío/
...he resucitado
todas la veces que he muerto en tu cuerpo
porque tú destellas
y sabes del milagro de resucitar
cuando desbaratas la muerte.