Amanece el día templado
en la búsqueda de la sonrisa,
sin tomar en cuenta que la tienes
tomada de la mano.
Suave, sutil, delicada textura adorada,
que se expande por la acaricia imperial,
aura que se tantea con la corriente del alba.
Amanece el día templado
acariciando la cara,
acatando ternezas inspiradas
asumiendo querencias aceptadas.
Tersa, frágil, leve disposición vaporosa
que se extiende para arrullar la jornada ,
claridad divina y decretada.
Amanece el día templado
con efluvio admirado,
se propaga en el aire
se extiende en el alba.
ELDIATIENETUOLORDEAMOR
©Violeta