Te escribo con el alma desgarrada. Este amor siempre viajó solo en el vagón de su infortunio, su dama se bajó hace mucho tiempo buscando otros horizontes. En las noches sin luna amaneciste en mis pensamientos, mientras el gran armatoste de hierro se deslizada por serpenteantes encrucijadas de caminos. Así fue mi destino contigo, cruzar ensenadas de indescriptible belleza, pero sin tu aroma, que perfumaban la alcoba de tu realidad; un mundo en donde ya estabas proscrita. Mucho antes que mis ojos se posaran en los tuyos, para descubrir que el amor tiene esos chispazos momentáneos que duran toda la vida. Estabas en tus preparativos de boda. Un matrimonio en ciernes, el compromiso de unirte a otro hombre; mientras tu corazón tuvo momentos para cruzarse en la vida de otro ser. Solo fue una amena conversación de pocos instantes. Sin embargo, quedaste marcada para siempre en aquel vagón que siguió su curso. Un deslizar por escabrosos caminos que parecían interminables, el soplo de una sirena en profunda repetición de un sonido que hizo melodía ritual de un dolor seco. A veces, en las noches de sin luna, vuelvo a escuchar aquel silbato hondo con sus bocanadas de humo persiguiendo a los misterios del horizonte. Es un volver hacía las hojas de los calendarios rotos, escuchar nuevamente a la historia de amor que le faltaron episodios maravillosos para transformarse en el excelso paraíso de dos almas que se amaron con su mirada. Te entregué el alma que ahora perdió el vuelo de su reina, el corazón quedó prendado de las flores amarillas que un buen día pincelaron el paraíso que mi ilusión construyó para ti. Te seguiré amando. Allá donde solo resguardo mis tesoros estarás tú como la joya de más elevada querencia, este amor andará en mis océanos, irrigará mis venas con tu rostro; aunque las distancias y las apariencias escriban su sentencia, este hombre te llevará en su alma, tendré el valor de quererte siempre. En el mismo banco en donde un día te vi, caminar imaginariamente en mi plaza, te esperará mi corazón. El viaje de nuestras vidas sigue su curso. Es tan grande el amor que siempre pensaré que tú me esperas en la otra estación. Cuando siento que esta tristeza me abruma, busco dentro de mí a la mujer que en solo cinco minutos se llevó mi todo…
ALEXCAMBERO
Diciembre 2015