Yo escribo por placer, es bien sabido,
y que lo hago como un divertimento,
tan libre como el aire, como el viento,
cual alguien que a la luna está subido.
Que al mundo mira y se halla sorprendido
ante una trama de un cuento que es cruento,
que duda si es verdad o es un invento
o es que más de la cuenta él se ha bebido.
Y llega a concluir, mucho lo siento
que en menudo vergel está metido,
no sabe la razón porque ha venido,
ni por qué ha de marcharse en un momento.
Y comprende que no sirve un lamento,
ni una soflama, réplica ni un grito,
que todo lo que piense ya está escrito
y sólo al fin le sirve estar contento.
©donaciano bueno
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