Córtate la memoria...
¿hiela?
¿Ves los cuadrados que laceran,
en fondo negro, tu esencia?
El orden está en el ojo fresco
de la niña muerta,
la que trepa al árbol en juego,
llama a la bestia
y contempla a la mujerzuela:
es un fetiche de besos.
Es un fetiche de besos.
Llama a la bestia.
Que trote por el universo
y se meta en tu sombrero.
¿Ya la calma?
¿Aún el miedo?
Sé que es una lengua extraña
pero es la única que hablas.
¿Ya la calma?
Veo un verso en tu cuello.
Una sombra de ciego.