Tan frágil como el cristal más fino a punto de romperse, se volvió a instalar en su lugar sin perderse, en sus llantos la sentía ahogarse por no poder quedarse, por regresarse a donde nunca pudo figurarse, donde con la tuya puede encontrarse, al sitio donde no pudo resistirse a un amor irreal al que aferrarse, donde me abandona sin abandonarse, donde no reacciona a la verdad de olvidarse de los tres años que proporcionan la intensa sensación de por primera vez abrazarse, de sentirse solamente uno y acabar por besarse como nunca lo hizo ninguno, pero toca resignarse, apartarse y creerse que simplemente es un delirio que empieza a desvanecerse, la caducidad de lo inexistente acaba existiendo en la verdad de la existente realidad... yo y mi alma convertida en cristal sin opacidad, donde los versos hablan sin hablar, donde tu silencio calla por no quererme argumentar la calma con la que podría reaccionar; ya no me salvas, haces solo tu camino despacito al andar, grito y mi alma quiere estallar en pedacitos afilados de cristal, es mi tono desafinado y descrito, alta nota del suicidio que agota el amor aquí escrito, por ti inscrito en mi memoria, recuerdos son inolvidables sin escapatoria, seguimos girando juntos pero no en la misma noria. Me lees, me escribes... o simplemente tan solo vives, mi alma lo último me describe, 103 poemas, la lira y los versos en tres años queman, son muy adversos, porque se lee de amor... pero se siente pena.