Y...
la mariposa espera,
llamada del sentimiento,
para rauda y veloz volar,
al estómago del aposento.
Y es allí...
donde esperan las hadas,
para revolotear al hechizo,
de los escondidos besos,
y las faenas sin juicio.
Pero...
es la llamada del viento,
que vibra en otro aposento,
de mariposas que en celo,
y sin hadas también vuelan,
seguidas de su sargento.
Y así..
Mariposas, hadas,
y dulce de mermelada,
sus revoloteo mezclan,
coronando al cálido velo,
y de su morada, al suelo.
Cuando llega el sublime encuentro, es amor al vuelo,
vienen mariposas a revolotear estómago de la amada,
y cuando el amado es quien siente, otra es la morada.
¡Mas claro no canta el gallo! si despierta a su gallinero,
porque ahí, quien manda, es el ¡sargento primero!
Raquelinamor
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001/25102015