Ojos que dan vida a la opaca existencia de mi consuelo,
ven y claudica mi ignorancia,
déjame formar constelaciones con las pecas de tu cuello,
bañarme con los universos que viven dentro de tu alma.
Ojos que se escurren entre tibias cicatrices que alimentan tu pasado,
no pienses mas en el dolor que con ecos retumba en tu mirada,
déjame sanar las grietas del amor que ningún idiota a explorado,
préstame el lienzo tu espalda para derretirla a versos, sin prisa y con calma.
Ojos que empalman a la perfección con el misticismo de leyendas sabor a luna,
acorta la infinita distancia que existe cuando te veo fijamente, frente a frente, agobiado, con duda y deseo,
regalame la misericordia que solo ellos escupen ante las mas crueles acciones,
y bendice mi esencia con la fuerza del tiempo que dura un pestañeo acortado por la prisa del que te extraña.
Ojos que transpiran inocencia ante un mundo enfermo, agonizante y con cáncer de egoísmo,
déjame buscar un pretexto más para estar en el lugar correcto,
en el momento mas indicado para brindarte la divinidad absoluta del cosmos,
aunque se tenga sólo eso; un momento, un instante y unos labios que merman la vida del un sueño inconcluso y glorificado que no ve mas allá del psique de mi alma.