Un torrente de miradas se abalanza sobre la nada
La ilusión se refugia en la lluvia que no cae.
De espaldas te he visto en un sueño
Y ya te extraño
La simplicidad de la caricia que añoro es el todo
en este mar de superficiales desplazamientos
¿De donde proviene el eco de tus palabras?
Contemplo tus manos en la perfección de lo imperfecto.
Descubro en lo alto un verso solitario entre las flores.
Me extrañaba en poemas.
Recojo en la sombra la beldad de aquella melodía
apenas audible, y caigo.
La imaginación me hunde en tu boca, me sumerge en tus ojos, me convierte en pigmento, en célula, en piel, ahí estoy contigo.
Sucesivas lunas se columpian en el cielo estrellado
y me incitan a cubrirlas de sueños.
Lábil me encuentro en medio de la multitud enceguecida.
Me repugnan las horas,
el vaivén de las agujas en la calle de las doce estaciones, los quiero se rinden ante los debo.
Y ya te extraño.
No se quien eres, no se si amas. Y ya te extraño.