En estas fechas navideñas
pueden más los viejos recuerdos
despertar la paz y la alegría
que en la infancia tenía.
Pueden más los viejos recuerdos
que la intensidad de los medios
ofreciendo felicidad
a costa del dinero.
Pueden más los viejos recuerdos
avivar la llama de los abrazos,
que el regalo de los abuelos,
y el intercambio con compañeros.
Pueden más los viejos recuerdos,
que la guerra y sus bombardeos,
que un banco y sus atracos,
que un candidato y sus prejuicios,
que una injusticia y los delitos
cometidos por el gobierno.
Pueden más los viejos recuerdos
que el odio, que el hambre,
que la sed, que el miedo.
En estas fechas navideñas
pueden más los viejos recuerdos
devolverle a la ocasión
una breve reflexión,
un poquito de esperanza.