Llega la Navidad y su magia despierta la ciudad, dibujando sus calles de bellos arco iris y coloreando de guirnaldas los corazones de su gente.
Tiernas sonrisas tiñen nuestra alma, mientras decimos adiós a un año que se difumina para siempre.
Entre la nostalgia de un pasado cuyas tristezas intentamos arrancar de nuestra memoria, divisamos a lo lejos la proa de un futuro, con la esperanza de que nos envuelva de los mejores deseos de amor y paz.