Escultora de rostros y plisados ceños
exponente de gestos nobles y desdeños
crónica de hazañas, tristezas y alegrías
afán incanso de mis alargados días.
Es alma que erupciona desde muy adentro
es cual lava y cenizas, es grava encendida
magma que arremolina desde el hondo centro
que presurosa busca en verso la salida.
Es acuarela de ilusiones, de espejismos
en desierto abrupto y sus tundras asoladas
motivadora de vida en negros abismos.
Es ternura de niño, amor puro de madre
es aprecio y lealtad del más viejo amigo
hálito bello desde el corazón que se abre.
Lebusla
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