cuando yo llegué a esta tierra ya todo tenía dueño,
no se como pasó eso.
Tener un pedazo de tierra se a con vertido en sueño,
como sueña el mozo de una doncella un beso.
Ahora vivo errante y solo disfruto el panorama
de aquellas tierras hermosas que no poseo.
Valles, ríos o montañas tan solo las veo;
mas aun así, mi corazón las ama.
Si cuando llegué a este mundo ya todo tenía dueño,
¿Qué será de aquellos que vienen después de mi?
Si hoy me cuesta tener un leño,
quizá a ellos tengan que pagar por lo que yo vi.
Autor:Bernardo Arzate