Hoy quisiera yo ver, mas ya no veo,
un simple halito ser de la esperanza,
ignorar si es creer adivinanza,
que asociada anda al ansia del deseo,
y a el mundo invitarle a esa pitanza.
Quisiera ser un niño en el recreo,
el aura que arrebola a una alabanza,
la ingenuidad que adorna a Sancho Panza,
la palabra cuando hablo que yo empleo
esa prenda que se presta en la fianza.
A tí, Dios, a sabiendas que no existes,
me dirijo cual si hoy fuera Unamuno*,
seas cuantos seas o seas uno,
te pido que a los hombres no hagas tristes
les libres de penas y de infortuno.
Confesar he que te anduve buscando
en naranjos y del vino en las cepas,
en la marejada del mar buceando
y a pesar de todo aún sigo dudando
si eres verdad o la mentira a secas.
©donaciano bueno
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