Me dueles en el vasto vacío
y en el orden asimilable de las cosas
en las páginas del libro
y en ese lugar trascedental sin retorno
Me dueles desde el pensar
del sentido del mundo
de lo que somos y hacemos
en tiempos de abandono y pobreza
y de todo aquello que no somos capaces de abandonar
en tiempos de miserias
del cinismo y como todo un sí
el sufrimiento y el dolor
no hubiera existido entre los dos
Me dueles y si pienso en el infinito,
no te puedo pensar y no me puedes doler
porque ya no hay nada
Mírame a los ojos,
aunque no te vuelva a ver
No hay espacio ni lugar de un nosotros
si no tomamos conciencia,
sino resistimos,
sino creamos,
sino superamos la idea
sino salimos del sistema
sino somos la necesidad propia de ser la libertad
No hay mañana
sino somos la necesidad manifiesta,
consciente, de lo abierto
más allá de todo lo que escapa a uno.
No dejes de mirarme
No sientas miedo ¡Te amo!
Te amaré eternamente
estoy contigo, te siento
desde la infinita oscuridad de la letra
y me dueles ahora
¡Ahora! Me dueles en el alma
desde la muerte, a través de la muerte
donde la palabra aún no es posible
pero si cabe en plantear la infinita posibilidad
de lo posible como acto de amor
Mané Castro Videla