Me he quedado sin rimas ya
para decir cuan grande
llega a ser esta distancia que
me mata y ataca al corazón.
Ya no se si escribo o divágo
entre rimas que jamás
llegan a ser nada sin unos
labios que las apague.
Que ya no llego a ser poeta,
sin mis musas que me entregaste
al soneto de un candil aquella
mañana de abril.
Que ya no se si vivo o si duermo
entre este mundo y tu cuento
que jamás llegaste ha escribir.