Llevaba la rata Blanca
a sus cuatro ratoncitos,
llenita ya su canasta
de migajas y quesitos
y en una cantina fría
la fresca leche del día.
Tranquila silbando andaba,
mas de pronto de una pieza,
del susto al mirar la gata,
se quedó del frio tiesa.
Volteaba la cruel Minina,
al frente sobre la esquina.
De pronto volvió a la vida
y cruzó hacia la otra acera.
Fingió la desentendida,
mas la gata fue primera.
-Mi amiga Blanca ratita
tan dulce, tierna y bonita-.
Lamió su boca melosa
y miró la canastita,
- No sigas siendo curiosa
que te atrapan redondita-
le dijo la blanca rata
con firme voz a la gata.
En casa esperan mis gatos
impacientes leche fresca,
sin quien les llene sus platos,
ni comida quien ofrezca.
Entiéndeme que no basta
tan solo con tu canasta.
Dejaron de hablar de cosas
y cruzaron las miradas,
quisieron ser peligrosas
mas de pronto a carcajadas,
rio la pequeña rata,
sorpresa mostró la gata.
-¿Acaso te estas burlando
del dolor de vida ajena?-
-Me pasa que estoy mirando
que por hambre causas pena
y arriba de tu cabeza
está la perra Danesa-.
La gata miró hacia arriba
y sintiose pequeñita,
-Tú siempre tan sorpresiva,
Danesa amiga perrita-
De un salto quedó la gata
detrás de su amiga rata.
-Minina, pequeña gata-
Saludó la gran Danesa,
- Te pido no seas ingrata,
acompáñame a la mesa,
Mis hijos te están pensando
alegres y bostezando-.
-¡Espera!- Gritó Blanquita,
- No acabemos con la vida,
si una mesa esta llenita,
otras dos piden comida.
Busquemos comida buena
que en casa esperan la cena-.
Silencio llegó ligero
y calmó cada cabeza.
- Iré donde el carnicero-
musitó la gran Danesa.
- La leche tendré con Lina-
Y feliz corrió Minina.
Minina, Blanca y Danesa
se miraron convencidas,
seguras que hoy en la mesa
tendrán muy ricas comidas.
Por hambre jamás se mata
Cual perro con gato y rata.