A ese,
que te compra una flor,
de lujo y gran valor,
pero carente de perfume.
A ese,
que en cada reunión
promulga tu pasión,
como su nueva adquisición.
A ese,
que te viste de fiesta y desnuda con su horario.
A ese,
que te aparta de mi a golpes de talonario...
A ese lo disculpo yo...
¡ Pues pienso, que eres tú
la llave del mal, el arma letal,
que destroza mi alma,
mi vida, mi calma
y anula mi presencia!
Sus joyas, al lucirlas tú,
me quitaron tu risa,
tu cálida brisa y tu plenitud.
¡ Y ahora, ahora sé,
que te bastó una flor carente de amor
para vender tu cuerpo,
darle mis recuerdos,
toda nuestra esencia !
Le diste toda mi ilusión.
todos aquellos sueños
que yo escondí en tu rincón...
Por eso, a ese,
¡¡ que compra tu amor... yo apenas odio!!