Lluvia, la cama vacía y el café frío de tu ausencia...
Tanto te recuerdo y a veces, tanto te olvido.
Tanto preparo tu café por las mañanas,
y tanto tengo que terminarlo tomando yo sola,
porque no estás.
Hace mucho que no estás,
que no entiendo por qué de una vez por todas,
desaparezco yo también.