Subo sobre esa montaña,
Encuentro en ella la paz,
Hallo la fuerza de amar
Siento gran pureza en mi alma;
Vuelvo a la vieja batalla
Busco en todo armonizar,
Viene la fuerza del mal
Y sin piedad todo acaba;
La fe no quiero perder
Cuando el desorden domina,
Yo lucho por imponer,
Otra vez, luz y armonía;
El bien no debe ceder
Ante esa bestia homicida…