Y mientras caía en picada,
e imaginaba como golpearía el suelo,
por un instinto nato libere y agite mis alas,
comencé a retomar el vuelo.
Deje caer el lastre que me impedía soñar,
olvide mis decepciones y desprendí del miedo,
porque llegó la hora de zarpar,
esta es la hora de volar,
de acariciar las nubes contemplando el cielo.