Sé que mis manos
ya no son tersas,
pero todavía
te pueden acariciar.
Sé que mi cuerpo
ha envejecido,
pero aún
te puede hacer gozar.
Sé que mis labios
a veces deberían callarse,
pero siempre
te desean besar.
Sé que mi píel es de otoño,
pero todavía siente el calor
primaveral que tu presencia
deja en mí.
Sé que mi corazón ha llorado mucho
pero todavía vibra
al suspirar por ti.
YOLANDA BARRY.