Cascadas de oro como nubes y la mar
frágil gacela corriendo hacia montañas
desde el norte hacia el sur
con los cielos abiertos de esplendor.
Como una sierva con siete alas
sumergida sobre ríos de plata
sobre roca, cristales y zafiros,
como sonetos a tus versos de miel.
A los finos cabellos
adornados con lirios blancos
a la suave lana sobre mis vestidos
Mis ojos miran tus plumas en el jardín.
Así te anhelo,
como la luz en el umbral
Como el sonido a la campana
como el diamante al collar.
Tus manos tan suaves
Tus besos tan cálidos
y el estruendo tu voz
tu compañia, mi respiración.