Alguna vez fuimos uno,
hubo una conexión magnífica, fuego puro.
Supongo que hay miles de historias como ésta,
pero ésta, es la mía, la nuestra.
Al principio de todo,
nunca imaginé que llegarías a ser un hombre tan especial en mi vida,
había pasado mucho tiempo ya,
desde la última vez que había experimentado un amor verdadero
y yo estaba contenta, optimista y a la vez sorprendida
porque estaba ocurriendo algo impactante en mi interior
y eras tú quien lo provocaba.
Parecía el inicio de algo importante,
tú también estabas feliz,
tú también exhalabas amor,
o así parecía.
En algún punto tuve que detenerme
y meditar lo que ocurría…
Me estaba enamorando
y no sabía cómo lidiar con eso,
había olvidado el instructivo,
si es que existe tal.
Decidí ser valiente
y con toda la voluntad,
me aventé al vacío,
decidí tomar los riesgos.
No me importó ya todo lo anterior,
las historias dolorosas y las cicatrices
aún visibles del pasado;
nada importaba,
debía ir por mi felicidad,
después de todo,
ir tras la felicidad siempre vale la pena ¿o no?
Me hiciste muy feliz el tiempo suficiente,
fuiste de mí y nuestra historia,
será irrepetible.
En algún punto perdiste interés,
no puedo descifrar qué es lo que ocurrió,
no entiendo por qué decidiste que un “tú y yo”
no tuviese futuro,
pero no voy a amargar mi vida por tu decisión.
Fuiste tú quién de pronto se alejó,
me soltaste y no te miento tuve miedo,
ése era mi mayor temor
y estaba sucediendo.
Dentro de mi sentí ese vacío peculiar
y un escalofrío recorría mi cuerpo
y de inmediato pensé…
¡Oh, por favor, va de nuevo!
Una vez más se repetía la historia de abandono
que en el pasado ya había experimentado.
Pero esta vez lo acepté natural,
tuve la fuerza para sobrellevarlo con dignidad,
como debe de ser,
así como una dama
debe de reaccionar ante una traición,
ante una decepción.
Te solté, fue sólo un segundo
el que me tomó para dejarte ir,
sin pedir explicaciones, sin reclamos ni escenas.
Siempre me voy a preguntar ¿qué ocurrió?
¿Por qué te fuiste?
¿Por qué no me valoraste?
¿Qué pudo haber pasado para que me dejaras?
Son preguntas que no tendrán una respuesta
porque has salido de mi vida por completo,
así lo decidí.
Yo sé la mujer que soy,
se lo que valgo y lo que me merezco;
Hubiese querido que permanecieras a mi lado,
pero las relaciones son de dos,
así que poco puedo hacer al respecto.
No te reprocho nada,
no pretendo ser tu verdugo
y no deseo recordarte con odio
o sentimientos negativos,
fuiste realmente tan importante para mí,
que por respeto al amor que te profesé
no quiero odiarte.
No puedo hacerlo.
Hay algo que me consuela después de todo,
quiero pensar que al alejarte de mí
e ir por otro camino donde ya no me necesitas,
me estás dando a mí la oportunidad
de encontrarme con alguien en el futuro,
alguien que me va a valorar verdaderamente;
me emociona pensar que al final del camino,
te apartaste de mí porque yo merezco un gran amor,
un amor incondicional,
algo que tú no me ibas a dar.
Sin duda me enamoré
y eso me llena de alegría,
no tienes idea del amor que había en mí
y que pudiste disfrutar.
Espero que tú donde sea que estés
llegues a ser tan feliz,
como el día en que yo me di cuenta que te amaba,
el día que internamente dije: es él, no hay duda.
Así fue, eras tú,
pero yo no era para ti,
y no lucharé frente a eso.
Gracias por tu tiempo compartido
y por despertar en mí
ese sentimiento dormido por tanto tiempo.
Quiero que sepas que sólo por eso
valiste la pena,
valió la pena enamorarme de ti
para después tener que dejarte ir,
porque entonces sé
que viene cerca ya mi verdadero amor,
me has preparado para ello
y tengo que agradecerte.
Te deseo lo mejor,
al irte me dejaste devastada,
pero preparada para amar incondicionalmente.
Al igual que yo,
espero encuentres tu felicidad.
Con mucho cariño: Tú ex.