Es la historia de mi vida, y mi vida actual, de 16 años me enamoré de una chica de 18, piel morena, ojos verdes, pelo castaño y pies sensuales. Todo era tan genial como la amistad que me ofrecía y yo fingía aceptarle sin más. Es una leona, tan fiera y fuerte que no existe tal corona, que compare su belleza, ni con el más mítico cristal. Ella es una princesa, y aunque sus labios sepan a cerveza, es sempiterna su belleza, es un ángel para mí. Creo que ella es un amor de fantasía, con quien llorar de noche y reír de día, que quizás su corazón está dispuesto a darlo todo y morir por un amor si es posible, ella es capaz de bajar cualquier armadura para proteger, es valiente y muy paciente, es fuego muy ardiente y está dispuesta a quemar. Sus labios son el mejor lugar para descansar y ella sabe lo que hacen cuando se pierde el control. Ella es todo lo anterior, pero nunca dije que lo fuera para mi. Ella es perfecta, para otro, aquel que la baila como marioneta y le tiene el corazón roto, para aquel que la vió desnuda y bajo sábanas la conquistó, aquel campeón que levanta arrogante, como un mayor trofeo, del amor de mi vida el corazón.