Pacorro

Una conducta valiente

¡Cuidado con lo que pretendes,

dejarle alumbrar tu camino!

Que si las farolas no encienden

y el alba se queda dormido,

te acecharán sus gritos,

te asustarán tus silencios;

sufrirás en su desierto

la sequedad infernal.

No cruces con él el umbral

de sus caminos inciertos.

 

Pero si tú lo dejas,

yo alumbraré tu camino.

Serán mi farolas centellas;

dará igual un alba tardío.

Ahuyentaré sus gritos,

te cantaré en tus silencios;

sentirás el aire fresco

de un vergel de cristal;

y en mi cruzarás el umbral

de caminos platerescos.

 

Y no digo esto por la envidia,

que mi palpita

tu compañero,

lo digo porque no adivinas,

ni te imaginas,

¡Cuánto te quiero!