En las vertientes azules
de mis ojos
golpea la corriente de un río;
con dolor y angustia
que destila
las cascadas pendientes
de mis días.
Cuánta desazón
se enjuaga
desde el alma
se depura el vacío
y el olvido;
no hay estancia más triste
en la distancia,
que sentirte de lejos
de mi olvido.