Esta fue mi última danza
y tu recuerdo me abraza
con aquél primer adagio
en el que con esperanza
aprendí a bailar contigo.
Fueron sutiles cabrioles
que al allegro nos llevaron
y aturdidos por la música
nuestros cuerpos se extasiaron,
Sin medir el tiempo,
sin respetar el compás,
una y otra vez giramos,
hechizados, sin pesar en nadie más
ni como sería el epilogo de la fervorosa
danza que acababa de iniciar.
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Elizabeth A.Castillo Mtz./Liaazhny
México -2016