Después que pasen los días,
viene el después de los adioses
y el olvido entre nuestras manos
de algo que alguna vez fue nuestro
y hoy está guardado en forma de cicatrices bajo los abrazos.
Lo fácil hubiera sido curar las heridas
en lugar de dejarlas secar al aire contaminado del silencio.
Lo fácil hubiera sido vivir sin heridas,
lo imposible, es que nunca ocurre eso y nunca es cierto.
Lo impredecible de ti, es que siempre vuelves
o para coger o dejar algo, pero siempre retrocedes.
Lo impredecible del amor
es que nunca sabemos cuando llega
ni siquiera sabemos si llega
y desconocemos si viene para quedarse
ni cuanto equipaje alberga
o en ocasiones se queda un largo tiempo
sin apenas movimiento.
Lo impredecible es que nunca sabemos si termina
o si se agota, o se consume como una vela
o renace con más fuerza
o tal vez nunca existiera.
Lo impredecible de tus labios,
es que no sé cuando me besan, o cuando me miran,
sobre todo cuando las calles se estrechan
y se aprietan los corazones
y se juntan las manos, en aquel punto
del cual ya no hay retorno.