Soñaba con ser juez en cada fiesta
y a las muchachas más bellas cortejar
y llevarlas cada día hacia su altar
cual rosa que presume en la floresta.
Gallito de pelea con su cresta
ondeando, vela erguida, en alta mar,
predispuesto a creer o imaginar
mas nunca a dar de bruces con su testa.
Joven un día ahora peinando canas,
que mira hacia el pasado con morriña,
recogiendo sarmientos en la viña
y no lleva repuesto en sus cananas.
Hoy observa a través de su ventana,
el semblante embargado de tristeza,
¿por qué el afán de amar hoy es torpeza
y el arte ayer de conquistar, galbana?
Dónde quedan las ansias de riqueza,
por qué ya de alardear no siente gana,
dónde aquella emoción tan casquivana
y qué pudo él hacer que ya no aveza.
Hoy a las niñas mirar ya le acompasa
y a la envidia azuzar con ligereza,
inmerso como está entre la maleza
que antaño uva fue y ahora ya es pasa.
©donaciano bueno
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