Amo el sol de la mañana,
Amo la luna escondida,
Esa dama entrometida
Que se asoma a mi ventana;
Amo aquella hora temprana,
Bajo el rocío de vida,
Amo esa flor compungida
Con diamantes en su cara;
Amo el ocaso, que ardiente
Ofrenda su corazón
Con esa ansiedad demente,
Por una fatua pasión;
Amo no ser inconsciente
Para gozar de este amor…