Dicen que el tiempo sana pero yo difiero. El tiempo arrastra las cosas, a veces, y en el despedazarse, se adormece el dolor y ya no sientes.
Y sucede que, en el andar adormecido, encuentras quien abraza tu alma saciando un poco la sed.
Y que algunas miradas desvían el dolor porque irradian tal luz que alumbran cada oscuro espacio de tu ser.
Y llegan palabras oportunas que te besan el corazón enterneciendo por un momento su rigidez.
Y por un momento te sientes sano, te sientes libre, y das todo pedazo adolorido de tí pues algo muy profundo te dice que no acabará.
Pero el tiempo sigue alocado su curso, como teniendo una encomienda a la que llegar, y arrastra consigo toda plenitud, reduciendo a escombros un \"pudo ser\" que no será.
Dicen que el tiempo sana, pero yo difiero.
-WCastro-