Yo que desde chico
cené muchas noches,
con mi vieja luna
por no tener pan,
más nunca ni en broma
pensé atracar gente,
fui pobre y digno
y nunca...un truhán.
Veo con asombro
como muchas veces,
convergen muy juntos
el bien y el mal,
salpicando a todos
sin salvarse nadie,
con pitos y matracas
todo el año...es carnaval.
Pero estoy de acuerdo
que todo es parejo,
te roba el de arriba
y el de abajo también,
las reglas del juego
nadie las entiende,
y la decencia se fríe
en una gran...sartén.
Los viejos muy tristes
descartes de vida,
se dan cuenta tarde
que duran nomás,
pensaron que un día
los tendrían en cuenta,
a nadie le importa
si están...o no están.
Este es el proscenio
la gran pasarela,
el desfile alegre
de la vanidad,
los “gatos” y “fiolos”
y la madame altruista,
nos dicen que esto
es la gran...verdad.
Pero a no creerse
que todo es malo,
también los hay buenos
que viven para dar,
como aquél gran hombre
que nos dijo a todos,
síganme sin miedo
no los voy...a defraudar.
Boris Gold
(simplemente…un poeta)