Amarillo, dulce amarillo,
soneto de color y luz eterna.
Tus bailarinas danzan al son de la luz,
tus melodías se impregnan
para calmar mi alma.
Rojo y Amarillo candentes
que calientan mis montañas,
tocan mis ventanas y esperan
que corran mis cortinas
para que la danza de calor y luz
se perpetúe en mis sentidos.
Regalas el color azul
al inmenso cielo
que con su magnificencia
cubre mi hogar
de vida, alegría y dulzura.
Claridad, quiero claridad,
tu claridad es mi claridad
eterna en mi espíritu.
Luz que conviertes a claridad
mi oscuridad, toma mi alma tétrica
y transfórmala en resplandor.
Danzo con la melodía
de las flores que florecen
al soneto de tu calor,
me evaporo con las aguas
y cumplo con su ciclo,
caigo desde el cielo
paralelamente a tus rayos.
Beso el suelo con el ímpetu
de conseguir mi sosiego
con tu cálido abrazar
y no quedarme en las penumbras
de mi esencia.
Amarillo gigante
que calienta mi vida,
te quiero así de ambarino
por la eternidad embelesándonos
en cada amanecer.