Vino de muy lejos
para morir entre tantos
vino de muy lejos
y se murió de llanto
Con un corazón enorme
como el sol que nos alumbra
llegó cansado una tarde
con las calles en penumbra
Le pidió un vino al posadero
en el brindó por su amada
en voz alta el viajero
invitó al que con él brindara
Por ella, por la que más quise
por aquella mujer de porte altanero
y levantando la copa en la tarde
le dedicó su adiós sincero
Luego quedó dormido en la mesa
pues ya nunca se despertaría
la Parca se llevó a su presa
nadie cantó una letanía
Cuando abrieron su maleta
encontraron una carta
que en pocas palabras decía
tu eres toda la vida mía
Ahora que Dios te llama
para mí un puesto reclama
la vida sin tí no es vida
mi gran amor, mi bella dama