Demandas el por qué me gustas y no surge la respuesta que satisfaga mi realidad.
Sólo sé que me gustas.
He descubierto en tus ojos esa ternura apasionada que desfigura mi pensamiento y revolotea como viento cada punto cardinal de mi piel.
Me gustas.
Conversar contigo es abrir un libro y disfrutar el indomable anhelo de seguir leyendo tu voz.
¡Es que me gustas!
Tu abrazo y su calidez impacientan mis sentidos produciendo un efecto calmante que acelera todo mi ser.
¡Cómo me gustas!
Tienes esa exquisita sonrisa que despierta en mí un río de placeres, y la templada firmeza en tu andar que enloquece mi interior, ahogándome.
No sé cómo surgió esta necesidad de beberme el contorno delineado de tu boca, el vaivén travieso de tus ojos, y las notas mezzoforte de tu voz, sólo sé que tenerte cerca se ha tornado mi adicción.
¿Cómo explicar mi satisfacción por tí?
No tengo idea alguna..
Sólo sé
que me gustas.
-WCastro-