El club neuronal de pensamientos positivos
se a vuelto una chopería en el centro del hipocampo,
por ahí, donde las amígdalas te atienden al desnudo,
te recuerdan que sentiste incluso antes de sentir
un cosquilleo electromagnético que detono
la bomba coronaria dentro de la plaza,
por debajo del asfalto y el concreto,
en ese lugar detonaste un sin vuelta atrás,
todas las amígdalas tomaron el mismo rostro,
pero el hipocampo seguía siendo una chopería
en una ciudad que cabriolaba todo un esqueleto
mientras las avenidas se retorcían, recogían
y el cielo del universo se expandía.
Vayá a saber uno de quien era el rostro,
si sólo una cerveza frígida me traía
en una ciudad que oasis se creía
aunque escombros era su día a día.