Aquella primera cometa
armada con hojas de diario,
su cola en colores coqueta
y en su pecho el abecedario.
Decenas de metros en hilo
distaba del cielo a las manos,
su baile lo daba el estilo
de aquel mayor de mis hermanos.
Tan alto llegaban los sueños
y allá la cometa llegaba,
soñaban tres niños pequeños
que hasta el cielo la acariciaba.
Cometa primera no olvido
que un día estuviste en mis manos,
sacada de un diario leído,
por el mayor de mis hermanos.