Si hay cariño y lo desean demostrar,
-una joya, camisa, una corbata,
la más cara es mejor que la barata-,
cualquier cosa le tendrán que regalar.
y no meter la pata.
Sin motivos, se buscan o reinventan,
por su santo, los padres, los abuelos,
navidad, porque quieres; son señuelos
que habitual solo excusas representan
en fiestas y en los duelos.
Si no gusta un regalo se devuelve,
tan fácil de lavar como a camisa,
por pecar darse golpes en la misa,
azúcar que en un líquido disuelve,
pudriendo en la repisa.
Solo cuesta tirar de la chequera
aunque, dicen, muestra es de sentimiento,
que al amor se le compra, no es un cuento,
regalar de esa forma hace cualquiera,
este es el lado cruento.
Que un detalle con gusto es más bonito
y a las claras demuestra que existe amor,
voluntario, siempre tiene buen sabor
que al querer el esfuerzo es requisito
tiene un mejor color.
Mas la ofrenda más bonita se ha de dar
cada hora, cada instante, cada día,
a enfados otorgando una amnistía
y a rencillas y disgustos encerrar
en una sacristía.
La rutina, una costumbre a desterrar
¡ojo, existe una parte interesada
que pretende de ti sacar tajada
no seas bobo, no te dejes engañar,
tú, alfil de la jugada!.
©donaciano bueno
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