No fuí rosa,
no fuí clavel,
fuí un girasol
que te aprendió
a querer.
Y entre todas las flores
mi corazón te enamoró,
llenando mi alma
de este gran amor.
Tu amor es el bálsamo
que alivia mis penas,
es el agua que me calma
la sed,
es la alegría que encuentro siempre
cuando empieza a amanecer.
Tu amor es la caricia
que entibia mi alma,
el placer de mi anochecer,
la felicidad de sentirme amada,
la dueña de tu querer.
Y quiero ser en tu vida
algo más que una canción,
una mujer que haga siempre
sonreír a tu corazón.
YOLANDA BARRY.