Buenos Aires Vall d´Uixó.
Al arrancar la sábana sin día,
ves un imperio siempre de noche,
que une este lugar,
a un río de Plata,
Del que cuenta una leyenda,
de los esforzados nadadores,
que todas los marineros allí naufragan,
sin levantar nunca cabeza,
en ninguna orilla,
sin tener nunca un mañana asegurado.
Nada, nada, nada,
miseribilidad.
No te asustes por una situación que no sabes como empezó,
y si como termina.
Explorando el fango de los ríos de Plata,
hasta el fondo del todo,
donde caen las cosas que ya no flotan.
Nada, nada, nada,
que nada fue culpa tuya.
Al arrancar la sábana al día,
busca al río que busca al niño que quiere una misión para aprender.
Para sentir la mano de Dios en tu cabeza,
que agoniza como el Sol del falso imperio.
Un Dios práctico y verdadero vuelve.
Lleva una cuchara de palo y una cazuela de hojalata.
Está dispuesto a ser un salmón en vez de dar un sermón,
para regresar a la montaña luchando contra corriente ,
y reventar en lo alto antes que ser aplastado por los cuatro jinetes,
Los de la escuadra , regla, y amarga cátedra de la facultad.
EL catedrático del futuro, que te hará no salir del presente.
El catedrático que predica la no violencia, que somete el impulso a la vergüenza.
El catedrático que anuncia el éxito del monopolio del capitalismo, sin importarle que excluye toda posibilidad de comunidad en el hombre.
EL catedrático de la norma , que convierte la vida en servidumbre.
Cuatro venenos peor que la lepra que generan bienestar al comercio.
Ay, Argentina de Plata sabia en la calle
Ay, vall d´uixó de Grutas y beatos miopes,
A ambos lados una multitud suda aplastada,
unos gritan y cantan,
Sabiendo ser pobres.
Otros sueñan y silencian con el alma tensa,
como si todo fuera un ensueño,
que uno puede arrancar al tirar de la sábana.
Cuidado,
hay muchos locos que han asumido el orden del mundo.
Mohammed de Uixó.