EL CABALLERO DE LAS LETRAS

MI PATRIA ENTRE MIS PENAS

Ahí estoy, arropado con el trapo viejo 

de la memoria errante y triste.

Viendo el último arrebol que desnudó la tarde

 y envistió la nodriza pobre,

que se consumía entre mis costillas.

 

Se Llena la parca humana de sangre y alcohol

en el cúmulo de cuerpos fríos y sueños rotos.

En un mar de hambre y fuego

el náufrago combate con sus brazos heridos de penas y hombres,  

 consumiendo su sudor de humano divino

como si fuera el cáliz que viniera a libertar

las alas ancladas de un país cautivo en su tierra

 

Y ahí estoy, en la fertilidad de la esperanza, 

penando la próxima huella,

 donde el delirio se condenó en el pecado  

y el pecado maculó de sangre la mano diestra de mi patria.

 

Hay un fusil sangriento en un temporal de sombras, lluvia y lágrimas

mordiendo el polvo que se levanta en el campo santo de mi patria,

cuando el último arrebol desnudó la tarde y contrajo la noche helada.