Quiso olvidar...
las miserias que había visto.
No podía entender tan doloroso destino,
con los ojos llenos...
de esa espantosa escena;
los dientes y los puños apretados,
le hicieron sentir su cuerpo
pesado y frío.
Escuchó el castañeteo de sus dientes,
mas seguía andando.
Lanzó un insulto
que se fue volando al viento
hacia la noche helada.
Eran seres parecidos a personas,
casi desnudos, cubiertos con harapos
parecían solo piel y huesos.
Ninguno luchaba...,
resignados aceptaban su destino.
Eran esclavos...
Sucesdió en el siglo XIX.
Mas, hoy, en el siglo XXI
la situación no ha cambiado,
con ropajes diferentes
la esclavitud sigue vigente.