Temprano despierta el abuelo Cirilo
y ya le saluda Camilo, su nieto.
Esperan un día repleto de vida,
de juegos y risas, comida y dormida.
Cirilo con saco de lana y sombrero,
Camilo de gorro, babero y pijama,
alegres ya dejan la cama cantando
y buscan la calle soñando y jugando.
Cirilo está lleno de sueños de abuelo,
Camilo dibuja en el suelo algún sueño.
El niño en su mundo pequeño se encierra,
y el viejo le teme a la guerra en la tierra.
Consejos del viejo de sabia paciencia,
preguntas con tanta inocencia de niño,
caricias que brindan cariño a Camilo
y besos recibe tranquilo Cirilo.
El niño lo sabe y comprende Cirilo
que nunca en la vida Camilo quisiera
por lógica viva se fuera el abuelo
y al paso dejar desconsuelo mas duelo.
Las cosas son claras cualquiera comprende
que siempre un abuelo defiende a su nieto,
le brinda cariño, respeto y asilo,
por eso sonríen Camilo y Cirilo.
Y llega la tarde, también llega el sueño
y el viejo acompaña al pequeño al descanso,
su cama le brinda el remanso tranquilo
y duermen felices Camilo y Cirilo.