El marinero que con su guitarra
amainó la tempestad
cuenta que aquel soldado con su piano
compuso aquella canción
que detuvo las balas frente al pecho.
El marinero suelta las amarras
buscando la libertad,
aunque por cada esfuerzo que hace en vano
queda huérfano el cañón
del rifle de un soldado del Estrecho.